Jobs (Jobs: El hombre que revolucionó el mundo)
Abraham
Orozco
El genio visionario, el
hombre revolucionario, el Einstein del siglo XXI son sólo algunos de los
sobrenombres que se le han dado a Steve Jobs.
Hacer un film de una
celebridad tan elogiada es una tarea que imlica mucha responsabilidad.
Más de uno cuestionó qué
podría tener de interesante un film de un empresario que inventó el iPod.
La vida de Steve Jobs es
más apasionante de lo que a primera impresión podría parecer. Está llena de
retos, luchas, traiciones, duelos y debilidades. Es de los primeros personajes contemporáneos
en traer un cambio radical a nuestro estilo de vida o, mejor dicho, construyó en
cierta parte la manera de vivir actual de la humanidad entera. Todo el mercado,
empresas y tecnología debieron voltear a ver lo que Apple hacía si es que
querían innovar y no perecer.
La ambición de este
magnate indicó los caminos que el mundo seguiría de ahí en adelante.
Hablando ya de la
película, no es especialemente buena. Atrapa, resuleve la interrogativa de
quién era Steve Jobs y logra escenas de
drama muy intensas y emotivas.
Su infancia queda perdida
al igual que su enfermedad. Se enfoca en la fundación de Apple y el desarrollo
de ésta. También todo el inter de su depresión cuando es expulsado de Apple y
cómo empieza entonces con el proyecto de PIXAR es anulado de la historia.
Era la oportunidad de
presentarnos el lado de Steve que no concíamos, hacer una visión más
arriesgadora y reveladora del genio empresario y sacudir conciencias y voluntades
a lo largo del mundo. Era la oportunidad de hacer una película para la
prosperidad, pero se quedó en un proyecto bueno, y nada más.
Sí vale la pena ir a
verla. La actuación de Ashton Kutcher es garrafal y pulcra; después de tantos
programas y películas, no vemos al mismo actor, sino un hombre que se tomó el
papel muy en serio y su ambición era ser el mejor, constara lo que costara. Tennemos un hombre irascible, egoísta,
engreído pero al mismo tiempo bondadoso y lleno de volutad. Tal como era Steve
Jobs en realidad.
En general todas las
actuaciónes son plausibles.
La dirección es madura pero no excepcional y la
música toca el corazón en las escenas donde lo pretende.
Cal. 8
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